Más allá de las posturas: qué son
Las ramas del yoga son enfoques complementarios que desarrollan cuerpo, mente y actitud vital de maneras distintas. No compiten entre sí: se apoyan. Conocerlas te ayuda a elegir cómo practicar según tu momento y tus objetivos.
Raya (Raja) Yoga: meditación y silencio mental
Entrena la atención y la estabilidad interior. A través de meditación, ética y concentración, ordena la mente y reduce la reactividad. Ideal si buscas claridad y foco sostenido.
Bhakti Yoga: devoción y canto de mantras
Cultiva una relación amorosa con lo sagrado mediante mantras, recitación y gratitud. Abre el corazón, suaviza la autoexigencia y favorece la conexión con algo más grande que uno mismo.
Jñana (Gñana) Yoga: estudio y discernimiento
Se centra en la investigación interior y el conocimiento práctico (svadhyaya). Cuestiona creencias limitantes y afina el discernimiento (viveka) para comprender la realidad sin autoengaños.
Karma Yoga: servicio consciente sin apego al resultado
Propone actuar con presencia y responsabilidad, ofreciendo lo mejor sin quedar atrapados en el “me sale bien/me sale mal”. Transforma la vida diaria en práctica.
Tantra Yoga (clásico): energía, respiración y presencia
Trabaja con respiración, mudras y atención para integrar la energía en el cuerpo de forma consciente. Favorece vitalidad, estabilidad y una percepción más plena del momento.
Hatha Yoga: asana, respiración y descanso
Es la base corporal: posturas, pranayama y relajación. Fortalece, flexibiliza y mejora la conciencia corporal. Sienta las bases para que las otras ramas florezcan.
¿Cuál rama del yoga es para ti?
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Necesitas foco y calma mental: Raya (Raja).
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Quieres abrir el corazón y cantar mantras: Bhakti.
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Te atrae el estudio y la claridad conceptual: Jñana.
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Buscas dar sentido a tu día a día: Karma.
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Te interesa la gestión de la energía y la respiración: Tantra (clásico).
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Quieres empezar por el cuerpo de forma segura: Hatha.